miércoles, 16 de noviembre de 2011

LOS CELOS EN LOS PERROS


Cuando hemos tomado la decisión de tener un perro en casa, una de las cosas que debemos de tener en cuenta es que nuestro fiel compañero necesitará sentirse querido, ya que es un animal social y cariñoso. Él expresará su estado de ánimo a través de sus acciones y conductas. Esta convivencia puede verse afectada debido a los celos que de algún modo modificarán su conducta y no precisamente para mejor.
Tenemos que enfocarlo desde el punto de vista más ecuánime, ya que nosotros tenemos la ridícula tendencia a ver a nuestras mascotas con sentimientos humanos, y, aunque son animales que sienten y padecen, no lo hacen de la misma manera que nosotros. Para empezar un perro no tiene comportamientos “éticos”, no hace las cosas por el simple hecho de molestarnos… y no siente celos de otros animales y personas como nosotros lo sentimos.

El perro ante la llegada de otro miembro más a la familia, un bebe, un gato u otro perro puede sentirse desplazado, relegado a posiciones inferiores dentro del grupo del que forma parte. Si queremos que esto no ocurra y que note lo menos posible la incorporación del nuevo miembro, deberemos dedicarle tiempo, o por lo menos el mismo tiempo que le dedicábamos antes.
Los especialistas recomiendan que, en el caso de la llegada de un bebé al hogar, debamos de prestar más atención al perro cuando el niño está presente; con este sencillo gesto conseguiremos que el animal identifique la presencia del niño como algo positivo. Si la presencia de otro animal, otro ser vivo, cuando el perro está con nosotros desvía la atención, se sentirá relegado, afectado y esto podría desencadenar en comportamiento no deseados.

Cada mascota tiene su peculiar forma de demostrar su disgusto y decepción por algo, pero normalmente observaremos en nuestro amigo una actitud más agresiva, apática o depresiva, por lo que debemos apoyarlo al máximo para que supere este pequeño bache.

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