lunes, 7 de mayo de 2012

VIAJAR


He viajado mucho, han sido muchos viajes en avión tanto por el trabajo, como con mi familia, cada uno es una historia distinta, siempre quedan nuevas experiencias, conocer sitios nuevos, aunque siempre lo diré sigo odiando la sierra por la altura y su comida, treinta años corriendo al aeropuerto, jalando una maleta que está a punto de romperse, durmiendo en vuelos cortos y largos, ir al patio de comidas, etc, pero sigo adorando viajar.
Acompañado de Rossana, volé a Buenos Aires por última vez en el 2008, me despedí de esta ciudad que tanto quiero, tras un vuelo largo que juré que sería el vuelo final, llegué dormido, y mi esposa balbuceaba distintas cosas en el aeropuerto de Santiago (solo sedada tendrá que viajar de nuevo), pero gracias a Dios regresaré este Junio a este lugar que siento como mi casa, ya me voy haciendo la idea de viajaré para allá, tantas o más veces que un Argentino. Me prometí entonces que cada vez que pueda regresaré a la que si fuera posible sería mi patria.
Antes asociaba los aviones y en particular los aeropuertos con la muerte, siempre con el miedo de que se pueda caer y joderme la vida, el miedo imagino que tiene hoy en día mi esposa, y que espero supere así como yo lo hice, antes de eso, seguirá con las pastillas para dormir y algunas lágrimas de una de sus más grandes fobias.
Aquí estoy, sin embargo, todavía vivo, abatido por los recientes vuelos en avión, y algunos viajes de mierda, como el último a un lugar que nadie conoce pero que se llama “Marcahuamachuco”, el estómago me sigue ardiendo por tanta mala comida, pero feliz de que regresaré pronto al aeropuerto y sentir de nuevo la sensación de subirme a un avión. Siguiente destino, Buenos Aires y la Plata. Obviamente como todo no puede ser feliz, tengo que tener una pequeña parada en Santiago aggggggggggggggggggggg.

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