ABAJO EL RACISMO - ABAJO LA MARCA PERÚ

El racismo en este país siempre existió, existe y existirá. En el caso peruano, creo que es un racismo que se ve en todas partes, a cada momento y, sobre todo, a un nivel inconsciente. Es decir, todos reproducimos rasgos racistas sin querer queriendo como diría el Chavo del 8. Esto ocurre con los apodos, con la necesidad de remarcar el rasgo étnico del otro, hasta hacer que su sobrenombre, su apodo, su chaplín, sea la marca de su identidad, y ya no el nombre oficial y burocrático que sale en su DNI. Así, chino, cholo, negro, moreno, gringo, zambo, apache, cíclope, y un largo etcétera, forman parte de esa fauna cotidiana en la cual todos nosotros nos desenvolvemos. ¿Ese tipo de apodos son reprobables? Difícil pregunta. Pero por ejemplo: el Chino, Cholo o Negro tiene un doble significado. Puede ser coloquial y afectuoso, y quizá con el diminutivo añadido: chinito, cholito o negrito. Así pasa piola, pero bien en el fondo de ese cariño, hay su distinción. El lado opuesto es el “chino”, “Cholo” o “Negro” dicho como insulto, como denigración, como estigmatización. La diferencia es que la primera encubre una carga racista casi invisible, con ese diminutivo – ito, el racismo muestra su lado amable, su aspecto lindo. Después de los visto en estos días con lo del UVK, o del niño golfista que no puede jugar al golf porque no es socio de un club, me doy cuenta que en este país la mayoría por no decir todos somos racistas, por ende, en un país así, alguien puede sentirse orgulloso de cosas como la comida, cultura, Marca Perú y tanta cojudez, yo la verdad no, y ahí para mis críticos les doy una razón más, porque este país no me interesa como a ustedes, y por ende, así como cuando no hay trabajo la gente viaja a buscar un futuro mejor, yo me fui alejando del país donde nací, y la verdad, que cambiar mentalidades no es algo que me interese, yo solo vivo para mi familia y para la gente que me quiere.

Les digo algo, cuando vayan a un local y te pase algo de esto, date cuenta que estás siendo víctima de racismo:

 
1.- Te Miren de pies a cabeza.

2.- Te digan que ese día sólo se ingresa con reserva.

3.- La entrada cuesta 15 o 20 soles y te digan que para ti es 40 o 50 soles, porque el local está lleno.

4.- Que vayas otro día y te digan lo mismo de la reserva, pero cuando después regreses con amigos o amigas europeas, sí te permitan el ingreso.