miércoles, 3 de octubre de 2012

TE AMO MADRE

No sabes cuánta satisfacción me causa escribirte esta carta, sabiendo que todavía puedes leerla, cuando medito sobre nuestro corto paso por este mundo, imagino a todos los que han desperdiciado el privilegio de poder decirle a su madre cuánto la aman. Sé que estas cortas palabras jamás serán suficientes para expresar toda mi admiración por ti, pero, espero que sirvan.
Como se que nos gusta cochinear a todo el mundo, poniendo apodos y buscando defectos de cada persona, es que no se me dio por escribirte en forma de poesía, ni con tanta cursilería. De hecho, de las cosas que con mayor gratitud recuerdo de ti son las incontables noches en las que sacrificaste tu sueño para cuidarme durante mis frecuentes y asfixiantes ataques de cólera, propios de un genio de mierda, obviamente no heredado de ti.
Perdí la cuenta de las veces que debes haber gastado dinero en nosotros, privándote de cosas que hubieras podido adquirir, pero eso no es lo único que recuerdo, también, aunque ya han pasado casi cuatro décadas, siguen frescos en mi memoria, y en mis nalgas, los azotes con el san martin que me propinabas al enterarte de mis constantes travesuras.
No creas que lo digo para avergonzarte, al contrario, lo digo para honrarte; pues si bien en aquel entonces el ardor en mis posaderas nublaba cualquier aprendizaje moral, ahora puedo entender perfectamente el gran valor de tu corrección.
Además, quién no se ganaría un par de correazos si en mi infancia ya me había escapado de la casa varias veces, para pasar toda la tarde en calle y regresar a casa ya bien entrada la noche, o como a menudo ocurría, no iba a las clases en la Academia del “Buho”, que por cierto ahora es un edificio donde vivirá mucha gente que no tiene idea las cosas que hice ahí.
No pienses, mamá, que me he olvidado de todas las veces que también tuviste compasión de mí, y que preferiste alcahuetearme que darme mi merecido. No creas que me he olvidado de todos los líos de los que me sacaste, las veces que me defendiste o intercediste por mí.
Incluso, cuando ya me hice más grande, sé que lloraste y rezaste por mí, que te dolieron mis borracheras, cuando no llegaba a dormir a la casa, las novias de mierda que tuve y mi vida sin aparente futuro.
Y ahora ya con familia, sé que sigues pendiente de mi bienestar, del de mi esposa y de mi gorda; aunque ya ves, como alguna vez te argumenté, algún día Dios me hará sentar cabeza y me convertirá en el adulto responsable que siempre deseaste que fuera.
Sería injusto dejar de mencionar lo rico que cocinas. De ti, madre, podría decir y recordar muchas cosas, la mayoría de ellas admirables; como tu valor, la excelente esposa que has sido para mi padre durante casi medio siglo, tu entrega al trabajo, tu honestidad, tus valores.
Gracias mamá por darme la vida, por tus cuidados, por tu perdón, por tus oraciones y por tu incondicional y eterno amor.

4 comentarios:

  1. Madre sólo hay una....que lindas palabras cuñis!

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  2. Si cuñada, gracias por comentar en el Blog.

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  3. Que lindo homenaje haces a tu mami Boris, ella debe sentirse feliz con tan especial regalo que le haces a traves de tus palabras que guardan y tienen un gran significado, cariños para ti y tu familia. Tu amiga Nancy Espada A

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  4. si madre, ella estuvo muy contenta con lo que escribí, gracias por comentar siempre en el Blog.

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